Primero las paredes, después el mobiliario y finalmente llega la temida pregunta: ¿y ahora qué?  Los textiles en el hogar son el detalle que personaliza los ambientes, los hace más acogedores, más agradables y más “nuestros”. Pero igual que nos sucede a veces con la ropa, es difícil saber qué combinaciones de colores o materiales funcionan.

Lo más sencillo  y lo más efectivo es optar por un sofá de un color neutro o blanco y jugar con las fundas de los cojines o pequeñas mantas decorativas. Al fin y al cabo son ellos los que van a cambiar la estética final del ambiente.

A la hora de combinar estampados, ya sean cuadros, flores o rayas, lo fundamental es elegirlos en los mismos tonos, aunque el motivo o la textura sean radicalmente diferentes. ¡Los resultados os sorprenderán!

También podemos elegir todos los cojines en la misma gama menos uno o dos, y colocar algún mueble auxiliar o cuadro con esos mismos colores.

En cambio al combinarlos con las cortinas o alfombras podemos elegir o tonos diferentes de la misma gama de colores, o colores suplementarios que contrasten. Eso sí, la combinación de estampados mejor no recargarla, si optamos por cortinas lisas y básicas podremos jugar más a menudo con los cojines y renovar el salón por poquísimo dinero y cuantas veces queramos.