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3 pasos para elegir el color de las paredes

Parece muy sencillo, el blanco agranda, los colores oscuros no son para espacios pequeños… son las típicas cosas que todos escuchamos e incluso nos atrevemos a aconsejar a los demás, pero todo cambia cuando se trata de pintar nuestra propia casa. A continuación os facilitamos la decisión con estos 3 pasos para elegir el color de las paredes de casa:

Si nuestra casa es una buhardilla muy bohemia de 30 m2, por mucho que nos guste el color granate oscuro, no es el tono más adecuado para ese tipo de espacio. Así pues lo primero que debemos hacer es ser realistas y plantearnos: ¿tengo muchos muebles que cubran las paredes? ¿Soy un apasionado del arte de gran formato y además tengo una pared con ladrillo cara a vista? ¿O por el contrario vivo en un loft con muchas paredes a disposición? ¿Vivo con tres niños y dos perros? Lo más socorrido y barato es el color blanco, perfecto además para agujerear una y mil veces para colocar cuadros o estanterías, es la solución más sencilla de llevar a cabo uno mismo y además la más barata. Los inconvenientes: se ensucia enseguida y si la decoración no juega a nuestro favor da un aspecto bastante frío a la habitación.

¿Por qué optar por pinturas complicadas de las que nos cansaremos pronto cuando podemos decorar las paredes con lienzos o jugar con el mobiliario y los textiles? El color marfil y el beige claro funcionan bien en casi todas las viviendas y en casi todas las estancias. Mejor una buena pintura de un color neutro y clásico que una chapuza intentando innovar con efectos de texturas innovativas o tonos demasiado oscuros mal acabados.

Tanto con la calidad de la pintura como con la cantidad al comprarla. No es agradable tener que ir un domingo a última hora a comprar un bote de pintura de más porque nos falta todavía una pared por pintar, o lo que es peor, que no quede justo el tono que habíamos elegido. Aunque todas las marcas indican la cantidad en sus envases, más vale que sobre que no que falte, ya que el uso depende del tipo de superficie a pintar.

Por último, lo barato en estos casos sale caro, las pinturas muy baratas llevan mucho agua y necesitan más capas para un resultado medianamente bueno. Para terminar, si realmente no sois unos buenos manitas, lo mejor que podéis hacer es contratar a un profesional. El resultado será muchísimo mejor y valdrá la pena el desembolso económico(¡y además os ahorraréis dolores de cabeza!)

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